domingo, 29 de julio de 2012

Cruce del Estrecho. Capítulo 2....Eva marca el ritmo


Capítulo 2. ….Eva tu marcas el ritmo!!!!!!!
Sábado 21 de julio de 2012.
Son las ocho de la mañana, el sol entra por la ventana y tengo la sensación de no haber descansado suficiente, ayer llegamos a la 1:30 de la madrugada de Càdiz (estuvimos haciendo algo de turismo, comprando protección para las medusas, vimos nuestra penúltima puesta de sol desde el malecón y nos quedamos a cenar. Era obligatorio, ya que era nuestra última oportunidad para visitar la Tacita de Plata….). Cuando llegamos a Tarifa había botellón en la calle y hasta casi las tres de la madrugada no pude conciliar el sueño….otra noche durmiendo poco.
Me levanto de cama y bajo a desayunar, como siempre soy el primero, oigo pasos en el piso de arriba, alguien está despierto….es Fer, que baja a desayunar. Como el día anterior hablamos de Argentina, de su vida allí, del porque decidió venir a vivir a Barcelona, de lo difícil que fue tomar una decisión, de sus padres, de la vida que dejó y la que está empezando….Fer es un aventurero inconformista en muchas facetas de su vida. Mientras hablamos baja Gerard, dispuesto a ir a Cadaqués (bar regentado por una chica de Cadaqués). Mientras nos dirigimos, encontramos a Ignasi y Aurora que han vuelto de la farmacia y no han encontrado más vaselina….(ayer casi agotamos las existencias…..menudas orgias pensaría alguno). Volvemos al apartamento y estos paseos con Gerard sirven para conocernos más, hablamos de su profesión, de su ciudad; es músico y maestro, todo un héroe en su ciudad, donde será el primero en atravesar el Estrecho. Llegamos al apartamento, están todos abajo enganchados a los portátiles, tablets y aparatos varios……(no seais mal pensados…). Salimos a la terraza a esperar el momento de la llamada. Hoy no estamos tan nerviosos, pero yo me noto más cansado (dos noches seguidas durmiendo muy poco). La espera se hace larga, decido llamar al “Pixa” Rafael;
-          Rafael ¿Cómo está el mar? ¿está limpio? ¿salimos?
-          Ahora voy pa’l puerto, te llamo desde ahí, pero las condiciones del mar son buenas, te llamo en 10 minutos.
Comunico el parte al resto de los compañeros, empieza los diez minutos más largos……..Suena el teléfono;
-          Todo en orden, no hay medusas en superficie, alguna suelta, en 30 minutos con todo el material en el puerto.
Empieza el movimiento, cargamos los coches, la emoción está latente pero no es la euforia del día anterior, parece que nos hayamos preparado por si tenemos otra decepción. Aparcamos en el mismo lugar, cogemos el cargamento y dirección al puerto. Allí nos encontramos con Antonio y el resto de embarcaciones, nos confirman la salida, bajamos a la plataforma y empezamos nuestro ritual. Vaselina, más vaselina, un poco más de vaselina, ah y por aquí que no falte vaselina…, la típica pregunta que nos hacemos unos a otros; “¿tengo suficiente vaselina por aquí?” “déjame que te pongo un poco más por detrás…”, vamos que un ciego hubiera creído que esto era una fiesta gay con una chica camuflada. Después de untarnos, nos ponemos el traje de neopreno, intento ajustármelo todo lo posible, pido ayuda a Ignasi para cerrarlo. El siguiente paso; embadurnarnos de crema solar anti medusas en las zonas que quedarán al descubierto, Gerard se unta tanto que parece un clown, solo nos falta la nariz roja y los labios pintados, la verdad es que nuestro aspecto es algo cómico….cuerpos negros de foca con manos y caras blancas de crema solar.
La hora de subir al Columba dos ha llegado, el patrón nos espera con Aurora en la embarcación, saltamos al interior, estamos sudando y observo como a Gerard se le derrite el maquillaje por las gotas de sudor, el barco arranca y pone proa dirección a la isla de Tarifa, mi hermano en la Zodiac pequeña va detrás y los padres de Gerard en la otra.
Llegamos a la Isla de Tarifa, nos damos un último  y sentido abrazo en la barca, el patrón nos ordena saltar y tocar la isla con las manos, este nos da su apoyo antes del salto: “venga xaval, musha suerte y a por ello”. Veo una medusa cuando me tiro, pero voy lo suficientemente protegido para las picadas. Nado hacía la isla intentando estirar la brazada, no me acabo de sentir cómodo con el traje, he perdido toda la sensibilidad de mi piel con el agua. Me dirijo a la isla donde todos me están esperando, estamos ansiosos de empezar, el momento para el que nos hemos estado entrenando toda la temporada ha llegado. La excitación es máxima, el hambre por nadar quilómetros hace que el cuerpo entre en tensión y active la circulación, África se ve lejos desde el agua y una ligera bruma tapa la costa baja.
Todos preparados para el silbato inicial (en este momento a Eva le estaban picando las medusas en los pies), suena y al grito de a por ellos……….arrancamos.
No tengo buenas sensaciones con el traje, me cuesta estirar la brazada, no logro poner bien el cuerpo para hacer el rolido con la izquierda, la flotabilidad del traje me impide dar las patadas con fuerza dentro del agua, la sensación de notar el agua deslizándose por mi vientre y mis piernas la he perdido completamente, aun así me encuentro fuerte e intento coger un ritmo cómodo, en cuanto tiro un poco veo a Eva que queda más retrasada, me pongo a su lado, le prometí en Barcelona que estaría su lado, que no debía de preocuparse por el resto del grupo, yo me quedaría con ella y la acabaríamos juntos (…….y como cambiaron las cosas más tarde…..). Veo que Fer está en su lado izquierdo y yo en el derecho, ella en medio, Carles, Gerard e Ignasi delante, vamos en formación de dos grupos de tres. Yo no acabo de encontrarme cómodo, pero quiero que Eva no se preocupe, Fer también nos prometió que estaría nosotros y siempre estaba rondando. “Tu tranquila Eva, estamos aquí” iba pensando. Al cabo de 30 minutos primer avituallamiento (estaban planificados cada treinta minutos y pedíamos a demanda líquidos, geles o sólidos).  Veo que Eva se queja al resto del equipo; “chicos todavía no he podido calentar los músculos y tiráis demasiado”, cuando acabamos el avituallamiento por el sonido de un silbato, demasiado corto para poder ingerir el líquido necesario le grito a Eva: “¿com estàs?, me contesta; “be, una mica freda encara” y chillo al resto de compañeros (los cuales no sé si me oyeron); “EVA MARCA EL RITMO, EL ULTIMO SIEMPRE MARCA EL RITMO”….. cómo me iban a servir estas palabras más tarde….


Me mantuve a su lado durante dos avituallamientos más, Fer cual delfín en un acuario iba dando vueltas alrededor nuestro, Eva iba cogiendo el ritmo y yo lo iba perdiendo, los brazos parecían hincharse como globos y las molestias se iban convirtiendo en cargas. Carles hacía de unión entre el grupo de delante y nosotros tres, parecía un acordeón que se estira y se afloja, siempre pendiente de todos.
Continuará……

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